Fabio J. Guzmán Ariza, quien es un apasionado defensor del idioma español, disecciona la estructura lingüística de la actual Constitución dominicana y deja al descubierto sus puntos más débiles: defectos estructurales, complejidad sintáctica y léxica, errores gramaticales y faltas ortográficas. Tales síntomas no son más que el reflejo del alarmante deterioro en las últimas décadas del lenguaje normativo en la República Dominicana, así como de la creencia generalizada de que las leyes deben ser elaboradas en un lenguaje técnico-jurídico incomprensible para el ciudadano común.

La idea fundamental de la obra es que las leyes dominicanas deben estar escritas en un lenguaje claro y correcto, de manera que toda la ciudadanía pueda entenderlas.

El autor propone cuatro medidas concretas para corregir la situación actual y mejorar a corto plazo la calidad lingüística de la legislación dominicana: 1) la elaboración de una guía de redacción legislativa; 2) la impartición de cursos de técnica de redacción a los encargados de la redacción de las leyes; 3) la revisión lingüística de las leyes durante su proceso de formación; y 4) la inclusión de la redacción jurídica como materia en los programas universitarios de Derecho.

El libro incluye un apéndice con la revisión del texto constitucional, en el cual se presenta cada artículo en su texto original con sus deficiencias lingúisticas marcadas en color rojo y en forma paralela el mismo texto con la corrección propuesta marcada en azul.