Ernesto J. Armenteros
ejarmenteros@union-holdings.com
A pesar que a fuerza de escándalos se nos ha reducido la capacidad de asombro, la magnitud de estos se ha incrementado de tal forma que… continuamos asombrándonos.
Últimamente, el fraude de Madoff por cincuenta mil millones de dólares, nos han bajado del puesto número siete al número ocho en la lista de los diez fraudes financieros más importantes de la historia. El lugar número siete lo tenía el caso Baninter. Si a listas y comparaciones vamos, los 2,200 millones de Baninter son cosas de principiantes en relación con los 50,000 de Madoff. Ahora bien, si tomamos en consideración la proporción de la economía de los Estados Unidos con la nuestra, seguimos siendo los campeones en fraudes financieros, y por mucho.
Este tipo de negocio nos crea una serie de interrogantes. ¿Cómo es posible que tantas personas capaces hayan sido cogidos de idiotas? (Por no usar otra palabra mas común y apropiada). La explicación es compleja, pero en todos los fraudes financieros hay un elemento común. A saber, el deseo de sacar ventaja, de recibir más que lo racional por parte de las victimas. Y, posteriormente, la renuencia de las victimas a creer que los están cogiendo de idiotas con “p”. Madoff, pagaba más que sus competidores por los depósitos, Baninter pagaba más que los otros bancos. A estos esquemas financieros, pirámides, burbujas, como se le quiera llamar, (dependiendo de la variante), se les llama “esquema Ponzi”. La razón de esto es que fue Ponzi el primero quien hizo historia con su pirámide.
Aquellos que han adoptado el esquema Ponzi para defraudar al público, entre ellos a sus amigos, familiares y autoridades, lo hacen siguiendo un patrón de conducta que para aquellos que son observadores, o, ustedes, después de leer este articulo, resulta muy evidente. Me explico a continuación.
Hace cortos años les comentaba a mis amigos que yo tenia cinco misterios. Desde entonces para acá, tres de esos misterios están presos. Al quinto le están preparando una celda privilegiada. (Similar a la que disfrutan los otros condenados por el sistema Ponzi).
El anclaje de Palmillas, a la entrada del paso de Tetuán, entre la isla Saona y tierra firme de nuestra isla, es paradisíaco, y por eso, el lugar favorito de turistas y de los yates de la Marina Chavón. Para ir de Chavón o La Romana o aún Boca Chica, no es necesario un yate de 50, 60 o 70 pies. Mucho menos uno de 100 o 120. Pero hacer aparición en Palmilla en unos de estos megayates es símbolo de prosperidad, solidez financiera, y sapiencia empresarial.
En uno de estos encuentros en Palmilla, en que yo estaba en mi velero, apareció uno de esos megayates. A los pocos minutos, apareció un helicóptero que después de dar una vuelta sobre los yates anclados en el lugar, descendió en la playa. Del helicóptero bajó la inconfundible figura, algo porcina, con sus espejuelos redondos demasiados pequeños para su cara de plato, de uno de los más destacados y recientes huéspedes de Najayo. Con un despliegue de logística que parecía inspirado en el famoso desembarco de Dunkerque en la Segunda Guerra Mundial, al tiempo que nuestra figura se bajaba del helicóptero, en traje de baño, y entraba a la playa, bajaron con una grúa un pequeño bote del megayate y capitán y marinero se dirigieron en él hacia nuestro personaje. Cuando llegaron a donde este, sin intercambiar palabras, le entregaron un vaso, presumiblemente con su trago preferido y regresaron al megayate. Una media hora más tarde la operación de traerle un trago se repitió, retirándole el vaso vacío. Una hora y media más tarde después que nuestra figura haber consumido tres tragos y sostenido un monólogo con lo que los rodeaban a un volumen tal que todos los presentes a cien metros a la redonda pudieran oír, regresó caminando al helicóptero, y se montó en él. El helicóptero ascendió, dio una vuelta sobre los yates anclados y desapareció en el horizonte. El megayate levantó anclas y regresó a Chavón. Cuando pregunté el porqué no venía nuestro Señor en su megayate a Palmillas, me explicaron con lógica inapelable que se mareaba en los botes y que por eso realmente no les gustaban. Supongo que quizás era por esto que para viajes más distantes usaba un jet, además del helicóptero.
Creo que en ese momento manifesté por primera vez que para mi era un misterio que un empresario en la relativamente limitado economía de la República Dominicana (en comparación con la europea o la estadounidense), pudiera mantener esos boatos. Me explicaron numeroso esquemas de negocios que este señor tenía. Financiaba litigios en los Estados Unidos; exportaba en sociedad con otro de los que ahora también es huésped de Najayo, cigarrillos a China; era el consultor financiero más importante y caro de nuestro país. En fin, el individuo era un genio para ganar dinero y hacerle ganar dinero a sus clientes.
Reiteré que me declaraba incompetente de entender negocios tan complejos. Que para mi aquello era un misterio. Misterio numero 1.
Mi amigo Juan me contó que no hacía mucho lo habían invitado a una boda en el Romana Country Club con Juan Luis Guerra y que la recepción había sido tan esplendorosa y generosa que al día siguiente de la boda había cerrado sus cuentas en el Baninter. A esta historia le añadí una de un portorriqueño que viajaba al lado mío de regreso a Puerto Rico y me dijo, muy contento, que no se explicaba qué clase de capacidad financiera existía en la República Dominicana que le permitía a un banco dar premios en el torneo de pesca que acababa de participar que serían impensables en PR. Cuándo le pregunté cuál era el premio, alargó la muñeca y me enseño un reloj Rolex de lujo. Decidimos que este era el misterio numero 2. Este misterio quedó definitivamente confirmado cuando nos enteramos por Internet que el sujeto de la boda con Juan Luis Guerra había ordenado un yate que costaba 38 millones de dólares. Quedó triplemente confirmado cuando nos enteramos que el del misterio número 1 era asesor del misterio número 2.
Hay negocios que no son para “chivos harto de jobos”. El que pretenda competir con una telefónica que por décadas ha tenido un monopolio de las comunicaciones en la República Dominicana, en contubernio con los gobiernos de turno, con una sólida base internacional, tiene que hacerlo con una base financiera muy sólida. Pero uno no puede menos que admirar el coraje y la temeridad de algunos empresarios criollos. Sobre todo cuando nos enteramos que el personaje del misterio numero 1 es asesor financiero de esta temeraria aventura empresarial. Esto se convierte en el misterio número 3.
Tampoco es para chivos hartos de jobos embarcarse a crear un complejo turístico comparable con Casa de Campo en una fracción del tiempo que le ha tomado a Casa de Campo lograrlo. Esto último con el apoyo financiero del ingenio azucarero más productivo del mundo, con dueños cuyas empresas azucareras, reciben precio preferencial en los Estados Unidos por el azúcar que producen. Este es misterio número 4.
Un banquero con una participación accionaria nominal en el banco que administra que se permite el lujo de ir en avión privado a su mansión de Vail, donde lo espera un masajista, un cocinero privado, institutrices para los niños y profesores de esquí, es nada más que por esto, nuestro misterio número 5. Si a lo anterior se le añade lo de los guardaespaldas israelíes para llevar los niños a la escuela, vehículos nuevos y de lujos a escoger, casa de veraneo en Casa de Campo, el indispensable yate, el superlujoso apartamento, este personaje es sin competencia que se le acerque, definitivamente, nuestro misterio número 5.
Los primeros tres misterios están en Najayo. Los rumores son que en ese recinto los prisioneros distinguidos están financiando unas remodelaciones para convertir la actual farmacia en “suites” para los nuevos ocupantes. Esperan a misterio número 5 en un futuro no muy lejano.
El misterio número cuatro está dando la pelea. Entre sus amigos dice que su mujer es ingeniera química porque convierte dinero en excremento. Parece ser que es licenciada en alquimia. Es posible que pueda salvar sus empresas y su teórica fortuna -teórica porque lo debe todo y algo más- si logra reversar la fórmula de su esposa y convierte excremento en dinero. Les deseamos éxito, es buena persona, y recomendamos que no se asesore del personaje del misterio número 1.
Pero los misterios no cesan. El disfrutar de unas facilidades especiales en Najayo, aire acondicionado, comida a domicilio, lavado de ropa, televisión, Internet, celular, cuestan más, según dicen los rumores, que una habitación en el afamado y emblemático hotel Waldorf Astoria de Nueva York. Si los ya resueltos misterios número 1, número 2 y número 3 han sido condenados a multas millonarias y sus bienes han sido embargados y sus cuentas bancarias congeladas, ¿De dónde sacan el dinero para costearse los privilegios de lugares de confort en la cárcel de Najayo?. Creo que voy a designar esto como misterio número 6. Pero nos desviamos del tema.
Cuando no hay lógica detrás de los esquemas financieros, cuando el boato no corresponde a las posibilidades del mercado, cuando los personajes que están detrás de las empresas no tienen recursos acumulados por décadas de tradición empresarial, aquello de que si parece queso, huele a queso y sabe a queso, inevitablemente nos debe llevar a pensar que es queso.
Consejo: Cuando tenga algo que depositar o invertir, no se deje llevar de promesas de grandes beneficios ni de quimeras. Pregunte. Investigue y si le parece queso…no deje que la angurria le rompa el saco.
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Edición 349 Febrero 16
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Edición 348 Enero 16
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